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Mostrando entradas de 2017

Secretos de ciudad

Una ciudad es ritmo, sensación, posibilidad. Guayaquil, Quito, Nueva York, Miami. Una ciudad es un organismo vivo con multi microorganismos en su interior que funcionan en tres canales: la vida pública, la vida privada y la vida secreta. Esta es una mirada a nuestra sociedad desde los ojos de un hombre de 50 años, que ha vivido lo que ha tenido que vivir. La vida pública, el blablá de todos los días en oficinas, negocios y periódicos. La vida pública: lo que decimos para encubrirnos, ser amados y hasta pretender ser amados.  La vida privada es otra cosa. Quien es persona santa en la pública en ocasiones no es santa en la privada y cosas peores.  O viceversa. Quien ostenta grandes dones para entregar todo su potencial a su colega de trabajo o para iniciar grandes empresas e ideas son rufianes en casa con su esposa e hijos. Grandes emprendedores son gatitos de azotea con sus mujeres, grandes villanos caseros son floreros y bufones en la vida del desgaste y el trabajo. Es q

Una fresa en el bosque

¡Me besaste!, exclamó ella, encendida por un sentimiento más insondable y secreto que el bosque. Era muy temprano en la mañana. Un fuego delicioso rasgaba la piel de su cuello y ella era capaz de reconocer vivamente ese temblor premonitorio al deseo, el vértigo de la sonrisa inesperada, los labios trémulos cuando el hombre la exploraba como un animal. Decidió cortar el pan con sus manos y se estremeció con el silbido del viento sobre las copas de los eucaliptos. Luego, al terminar ella una frase, una idea incompleta, él la volvió a besar. Fue así. Breve, ligero. Como el toque de una mariposa sobre una flor. Quiso fingir seguridad pero estaba sorprendida, quiso exclamar alguna frase casual, algo pasajero, pero sus ojos delataban la seguridad de haber encontrado el inicio de un sendero, la primera huella primordial y sexual después de su divorcio, aquel largo y crudo invierno. Lo que vino después, ella lo presume como una locura, el desvarío de la piel, el inocen

Mi ebriedad ya no te pertenece.

Llego a la madrugada, dos o tres de la mañana, nunca es demasiado alcohol para una noche que necesitas no pensar, me baño, el agua me emboba más. Tus palabras no dejan de rondar mi cabeza: te amo, te extraño, me importas. ¡Patrañas! Viles mentiras. Quiero que el agua de la ducha sea alcohol, quiero perder la conciencia. ¿Qué no soy tu segunda opción? Hoy quedó demostrado lo contrario. ¿Cómo pude llegar a este punto?, ¿En qué momento bajé la guardia?, ¿Cómo permití que me destruyas?, ¿Cómo una persona puede proclamar amarte y causarte tanto dolor? ¿Cómo alguien puede destruirte por completo sin remordimiento ni piedad? ¿Cómo pude enamorarme de una persona así?. Muchas preguntas, me faltó emborracharme más, lloro como un niño. Algo sucede, las luces se prenden y apagan, se apagaron por completo, no me importa, estoy tendido en la cama sin ganas de nada. ¿Estaré muriendo? Siento ruidos extraños, mi perro ladra. Eventos extraños están sucediendo. En la oscuridad de mi cuarto sie

Cumbayá Hot City

-           Ella: Pensé que te habías arrepentido. -           Yo: Casi… Sonríe, bebe un coñac, sus ojos verdes me miran fijamente, se muerde los labios, se pone seria, mira a su alrededor, ante todo es una dama. -           Ella: Ordené un helado y una Coca Cola bien fría para ti. -           Yo: (Qué bien me conoces) Gracias. Llamo al mesero, también necesito un trago, ordeno un whisky en las rocas. Tengo ganas de salir corriendo. De pronto, siento su delicado pie escalar lentamente por mi pierna. -           Ella: ¿Has dejado de jugar fútbol? -           Yo: Un poco… Nos quedamos en silencio, me mira con malicia pura, su boca es un placer prohibido, el deseo me invade, me arrimo rápidamente a ella, la beso, es un manjar, disfruto de sus labios como si fuera la última vez. -           Yo: Vámonos de aquí… -           Ella: Si, te lo ruego… Estamos a pocas cuadras de su Pent-house en Cumbayá, su mano desabrocha mi bragueta, arranca los botones

Las caperucitas nos enloquecen

Rostros angelicales, modales inocentes, finas voces, miradas indiscretas y jugueteos con el cabello. Todo hombre en algún momento de su vida descubre a una Lolita, a una joven que lo cautiva y lo enloquece, lo hace delirar para finalmente decirle adiós.  Cerca de cumplir treinta y todavía no entiendo cómo es posible que una joven haya llamado tanto mi atención, que no pueda dormir sin soñar con ella y que en las reuniones de oficina no haga más que imaginar que perfume estará usando. Dos matrimonios, igual número de divorcios, el último firmado tres semanas atrás, varios encuentros nocturnos con mujeres desconocidas (amas de casa, ejecutivas, profesoras, en fin su profesión nunca fue de interés en la alcoba), para que al término de la velada, la historia sea la misma, mujeres contando sus vidas, triunfos y derrotas, aburridas conversaciones donde solamente esperan encontrar a alguien quien las escuche, las abrace fuertemente y les diga alguna falsa promesa. Pensaba que

Tú y yo...

Son las seis de la tarde en algún lugar del caribe, el cielo azul de este paraíso terrenal me recuerda a esas tardes de mi infancia en una ciudad andina, escondida entre valles y volcanes.  A lo lejos estas tú, la brisa acaricia tu cabello mientras te acercas a mi mesa con un vestido blanco ajustado a tus caderas, todos te ven, que afortunado me siento de tenerte. Es nuestra luna de miel, ha pasado un año desde que decidimos unir nuestras vidas y hoy estamos aquí: felices, libres, amándonos. Todo se resume en la complicidad de nuestras miradas, ambos sabemos cuánto nos ha costado estar aquí. “Hay amores que se vuelven resistentes a los años, como el vino que mejora con los años, así crece lo que siento yo por ti” . A mi mente regresan esas primeras canciones con las que nos enamoramos, nuestro primer beso, las primeras caricias atrevidas, el calor de tu cuerpo junto al mío. También recuerdo los momentos difíciles que nos hicieron más fuertes, que nos retaron a ser mejore