Son las seis de la tarde en algún
lugar del caribe, el cielo azul de este paraíso terrenal me recuerda a esas
tardes de mi infancia en una ciudad andina, escondida entre valles y volcanes. A lo lejos estas tú, la brisa acaricia tu cabello
mientras te acercas a mi mesa con un vestido blanco ajustado a tus caderas,
todos te ven, que afortunado me siento de tenerte.
Es nuestra luna de miel,
ha pasado un año desde que decidimos unir nuestras vidas y hoy estamos aquí: felices,
libres, amándonos. Todo se resume en la complicidad de nuestras miradas, ambos
sabemos cuánto nos ha costado estar aquí.
“Hay amores que se vuelven resistentes a los años, como el vino que
mejora con los años, así crece lo que siento yo por ti”.
A mi mente regresan esas primeras
canciones con las que nos enamoramos, nuestro primer beso, las primeras
caricias atrevidas, el calor de tu cuerpo junto al mío. También recuerdo los
momentos difíciles que nos hicieron más fuertes, que nos retaron a ser mejores
personas y nos complementaron como pareja.
Desde hace varias siglos existe una macabra
confabulación para unir en matrimonio a seres que no se aman. Todo esto a un alto costo, su felicidad. En palabras de Dr.
House “Los matrimonios más felices son los que están basados en mentiras y
engaños”
Y en este mundo “perfecto” tú y
yo somos esa piedra en el zapato para la sociedad, somos la prueba de que el
amor aparece en las circunstancias más extrañas, y a pesar de eso, se levanta como
el fénix y triunfa ante la adversidad.
Para esta noche especial el chef
ha preparado un filete mignon de salmón envuelto en tocino. Lleva una riquísima
salsa de zarzamora con vinagre balsámico y especias. Tiene un gran sabor.
Conversamos, reímos, te cuento historias sobre el mar.
Pablo Ordóñez
Los sueños tejidos con constancia se hacen realidad, los sueños hacen que la vida fluya, que cobre sentido, que se tiña de colores y brille sin parar... me encanta esta forma de vivir soñando una realidad
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