En ocasiones la única opción es
pisar el acelerador a fondo y huir, huir muy muy lejos. Pero ya saben lo que
dicen, huir no es libertad. Qué paso con aquellos días en que la vida era un
descubrimiento sin fin o es acaso que me estoy volviendo viejo. No lo creo,
apenas y tengo 25 años.
Entonces qué sucede.
Esa es la cuestión, y, mientras
pasan los minutos medito una y otra vez para encontrar las razones que me han
llevado a este punto de mi vida.
Nací en el seno de una familia “brava”
y como tal fui diseñado con un carácter fuerte. Impulsivo, explosivo, violento.
Genéticamente vine diseñado de esa manera, y, al ser criado bajo la dicha de
hacer siempre lo que dicte mi corazón y lo que me haga feliz, es comprensible
que no encaje en ciertos parámetros que exige la sociedad.
“yo
bailo con mi canción y no con la que me tocan, yo no soy la libertad pero si él
que la provoca” tanta razón
tenía Facundo, y así como lo cito a él también cito a Cancerbero, a Coscu y a
Tempo, porque además soy rapero.
Pero no me encierro, no me aferro,
no discrimino. Mi vida está hecha de contrastes, en la mañana puedo desayunar
en un hotel de lujo de la capital y por la noche cenar unas papas fritas en “La
Michelena”.
Detestaba llegar a la universidad y
ver a los rockeros con los rockeros, los reggaetoneros con los reggaetoneros,
los hoperos con los hoperos, etc…tanta hipocresía existe en las culturas urbanas, exigen igualdad y se discriminan entre ellas.
¿Es mucho pedir?
Al parecer creo que exijo demasiado.
En todos los ambientes, hasta en los trabajos ocurre lo mismo, inclusive en la redacción de un prestigioso medio de la capital.
¿Acaso necesito leer mil libros
para ser un buen periodista?, ¿Y si solo quiero leer los que a mí me gustan? Y sí,
prefiero mil veces a Fallaci que a Kapuściński,
“El País” que a la “BBC”.
...Aborrezco que no me ames por quien soy....
“Sírvete
otro querida, porque siento que tengo un perro (rabioso) dentro del pecho todavía”. Así es,
pero quedará para otra ocasión en que necesite desahogarme.
Pero que algo quede muy claro, estas
ganas insólitas de escribir y contar historias pasadas, contemporáneas, personales
o de ficción no me las quita nadie.
Pablo Ordóñez
Un articulo formidable.
ResponderEliminarEstimada Mayuri, muchas gracias. Una excelente noche, saludos.
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