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Tengamos un poco de sentido común

Para empezar quiero pedir disculpas por no escribir con regularidad, lo he tratado, pero la comunicación es una bella profesión que requiere más de ocho horas de concentración, y aunque mi voluntad es enorme, el cansancio me ha pasado factura estas dos últimas semanas. Sin embargo, he regresado para tratar sobre un tema específico, las estafas en la web.

Al parecer,  estaba equivocado al pensar que en pleno 2014 las estafas online eran un simple mito o leyenda urbana. Vivimos una época en que Internet, las redes sociales y las herramientas digitales han penetrado nuestra cotidianidad de forma completa. Lastimosamente, aún siguen existiendo personas que son víctimas de criminales virtuales.

Yo sé que muchos pensarán que soy muy duro al creer que estas cosas ya no deben suceder, pero no tapemos el sol con un dedo, si una persona tiene acceso a Internet es porque tiene algún conocimiento sobre el manejo básico de ordenadores por más mínimo que sea, y se trata de sentido común diferenciar entre lo que está claro y lo que se tiñe de oscuro. 

Hace tres semanas aproximadamente, un amigo me comentó que estaba trabajando desde casa, publicitando marcas de otras empresas a través de la red social Facebook y que estaba obteniendo ingresos muy altos, cabe recalcar que me insinuó si quería “entrar” a ese negocio, claro que el único requerimiento era depositar 200 dólares. Inmediatamente recordé aquellos mails en los que supuestamente ganaba 200mil dólares o 200millones y me causó mucha gracia su propuesta y un NO rotundo cambió el tema de la conversación.

Vaya sorpresa, esta semana los noticieros se inundaron con titulares sobre una estafa masiva perpetrada por Publifast, en el sistema de pirámide. Según diario El Universo, “100 mil personas se habrían afiliado a la empresa de publicidad online pagando una inscripción de $ 150”. 

Publifast aseguraba que era posible ganar sueldos mensuales realizando publicaciones por esta red social, de manera "simple y legal". Mencionaba que contaba con oficinas en las principales ciudades del país y como representantes de la compañía eran Luis Cajas y Roberto Angelellí

El presentador Roberto Angelellí era la cara visible de Publifast y estuvo a pocos días del cierre de esta empresa defendiendo a capa y espada a Luis Cajas, principal involucrado de este delito. Gracias a la fama de Angelellí mucha gente creyó ciegamente en esta pirámide, lo cual les daba la confianza para pagar la suma que se requería, y así poder formar parte de esta supuesta compañía que ofrecía ganancias por publicar en Facebook, las cuales jamás llegaron.

Cabe mencionar que después de analizar cada una de las denuncias, el Ministerio Público efectuó las diligencias para evitar que los acusados salgan del país mientras dure el proceso. Esperemos que se haga justicia.

¿Qué reflexiones nos deja esta nueva estafa masiva?

El dinero jamás viene fácil y si así lo viene pues fácil se va, dejemos de buscar la comodidad y a “fajarse” estudiando y trabajando, es el único proceso de vida que nos ayudará a alcanzar nuestras metas y sueños.


Pablo Ordóñez 

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